Llegar a la ciudad de Zamora Michoacán y no pasar a visitar y/o conocer el Lago de Camécuaro, no tiene perdón; vale la pena tomarse el tiempo, de preferencia todo el día, ya que el lugar es un espacio 100% de naturaleza, en donde convives con la flora y fauna de la región.
El Lago se encuentra a solo 14 kms. al oriente de Zamora, en el municipio de Tangancícuaro, Michoacán; y se llega por la carretera nacional rumbo a Morelia, la capital del estado.
Es un lago natural llamado "Camecuaro", que en lengua purépecha o tarasca significa "lugar del baño". El lago ocupa una extensión de 1400 mts. por 100 mts de ancho, y existen dos nacimientos de agua: Junguarán y Cupátziro.
Es un lago de singular belleza, debido a sus aguas cristalinas y vegetación que lo rodea, arboles centenarios y espacios para acampar, practicar el buceo, hacer recorridos a pie o en lancha, practicar y disfrutar la natación y los días de campo con la familia o amigos. Además, encuentras áreas destinadas a comedor y asadores que puedes utilizar, el mariachi no puede faltar y esta todo el día esperando que lo contraten para ambientar con sus bellas melodías.
Cuando llegamos pensábamos que seria un lugar de paso, a la orilla de la carretera quizás, pero fue grande nuestra sorpresa al ver que el lugar esta protegido con un solo acceso, controlado, con su estacionamiento, hotel, administración, caseta de información turística, sanitarios, restaurantes, comercio, vigilancia, recolectores de basura, canchas, áreas para comer y todo perfectamente para que el visitante disfrute al máximo y sin ningún problema su estadía en el lago.
Con todo esto, el lugar es una Área Natural Protegida, que se encuentra en la categoría de Parque Nacional, con lo cual se garantiza la conservación de la flora y fauna que ahí se encuentra. Tiene una superficie de 9.65 hectáreas, y el decreto se firmo el 18 de junio de 1940, siendo Presidente de la República Mexicana don Lázaro Cárdenas.
"Este pequeño lago bordeado de seculares sabino o ahuehuetes, engalana el paisaje con su mágica belleza; su caudal de linfa transparente y pura, nace de 1,031 manantiales de fractura que borbotean el agua casi a flor de tierra; su vaso natural es un espejo de tres y media hectáreas de superficie que refleja la luminosidad del cielo, satura de belleza los sentidos y reconforta el espíritu".
El lugar es administrado por el Patronato Lago de Camécuaro; su principal objetivo es preservar las especies de la flora y fauna del lugar, así como la recreación de los visitantes. Los árboles que puedes apreciar y encontrar son sabinos ( ahuehuetes ), fresnos, ocales, maguey, arbustos y algunas coníferas, y de fauna encontraras peces, cangrejos, ranas, chapulines, sapos, mariposas, patos y abejas.
Las instalaciones cuentan con infraestructura para el deposito de la basura, la cual seria el principal problema ecológico, pero esta muy bien controlado. Los árboles mas viejos son cuidados y protegidos con diversos materiales para su conservacion. Se observa una campaña de reforestación, pues hay gran cantidad de arboles nuevos. El lugar no se encuentra contaminado debido a los cuidados y vigilancia del lugar, por ejemplo, no se permite usar jabón; los letreros de restricciones que hay en el lugar ayudan a la orientación de los visitantes.
Esta de mas decirles que nos pasamos un día excelente, nos paseamos en la lancha, haciendo el recorrido por todo el lago, tomando muchas fotos, ya que no nos cansábamos de admirar la belleza del lugar, los arboles enormes y el tono azul-verdoso del lago que parece espejo. A pesar de los demás visitantes, el lago tiene espacios en donde te invita a la reflexión y relajación. Vimos infinidad de patos que ya están acostumbrados a las personas y todo el ambiente es sano y familiar.
Mucha gente lo visita de muy lejos, haciendo excursiones, en busca principalmente de esos arboles tan sonados, llamados ahuehuetes; he aquí una explicación tomada de una revista que compramos ahí mismo:
"Los ahuehuetes que dan forma a la ribera del lago, representan un tesoro vegetal y paisajístico por si mismos; su longevidad, belleza y umbrosa diafania, invitan al solaz y el reposo. Su nombre náhuatl original - ahuehuetl: árbol viejo del agua, ya traducido - hace alusión a su principal característica: la capacidad de perdurar por muchos siglos, mientras este cerca un manto acuífero. Frente a la pata de león, al navegar en la lancha o en canoa, la fronda de los árboles que entreteje su ramaje en lo alto forma un abovedado tal que se tiene la sensación de discurrir por una gótica catedral. Por esa imagen y la evocación de otros árboles semejantes del viejo mundo, los peninsulares a su llegada rebautizaron a estos cipreses del agua como "sabino", nombre popular con el que ahora mas se les conoce".
Fuente: Revista Que hacer y quehacer en Michoacán.
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